EL EGO
- jadeserdeluz
- 25 nov 2014
- 2 Min. de lectura

"A diferencia del resto de los animales, nuestra evolución requiere cierto esfuerzo consciente. Los seres humanos nacemos en la inconsciencia más profunda y solemos establecernos a partir de los catorce años en el llamado "estado de vigilia". Nuestro siguiente paso debería ser alcanzar la consciencia, más allá de la imposición de la mente, pero eso ya.... depende de cada uno de nosotros. La dificultad previa, radica en el hecho de que, siendotodavía bebés, la realidad se nos antoja amenazadora y hostil. Para defendernos de la infinita y confusa información que nos llega a través de los sentidos, poco a poco, y desde el día que nacemos, empezamos a protegernos tras un escudo mental, también llamado personalidad, EGO o FALSO YO. Así es como nuestra verdadera esencia queda sepultada.
De hecho sean cuales sean nuestras circunstancias externas, los expertos en ENEAGRAMA, sostienen que, por muy cariñosos que hayan sido nuestros padres, la tremenda experiencia que supone el parto suele dejarnos heridas psicológicas profundas. A lo largo de nuestra infancia, se van abriendo e intensificando, y provocan que nuestra necesidad de amor pueda llegar a ser desmesurada. Ésta es la razón de que los primeros seis años de vida siempre tengan un gran impacto en el posterior desarrollo de nuestra personalidad y, por tanto, en la desconexión con nuestra esencia.
Eso sí, cuánto más amor y estabilidad hayamos recibido durante esos años, menor necesidad habremos tenido de protegernos bajo la falsa identidad de nuestro EGO. A partir de esta percepción subjetiva y distorsionadora, nuestra esencia comienza a ser sepultada por una serie de patrones de conducta inconscientes. Y esta personalidad termina por convertirse en un "falso puente psíquico" que une nuestras carencias afectivas con la sensación de que así conseguiremos el amor que tanto necesitamos. Desde el punto de vista del EGO, todos nuestros actos y nuestras palabras tienen la finalidad inconsciente de conseguir que los demás nos quieran. Sin embargo, suelen acarrearnos más bien lo contrario.
Cuánto menos nos aman o menos amor creemos estar recibiendo, más fuerte y dura se vuelve nuestra personalidad, EGO o FALSO YO, sin mencionar los casos de maltratos físicos y psicológicos, cuyas experiencias traumáticas provocan que este escudo protector sea inmensamente más desproporcionado que de la mayoría.
Con el paso de los años, incorporamos una serie de comportamientos impulsivos que se disparan automáticamente como reacción a lo que sucede fuera. Asi, estos mecanismos de protección terminan por fijarse en nosotros, transformándose en nuestra "forma de ser", aunque en realidad se trata de nuestra "falsa forma de ser". Este proceso de identificación genera que empecemos a creer que somos nuestra personalidad, EGO o FALSO YO. Por eso normalmente reaccionamos de una misma forma frente a determinados estímulos externos, cosa que nos impide ser del todo libres. "
Borja Vilaseca
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